Miguel de la Madrid fue un hombre de leyes, un jurista, un hombre de Estado. También fue un hombre ilustrado, amante de los libros y la lectura. Fue tal su amor por las letras que al terminar su periodo como presidente de México dedicó su tiempo y talento al Fondo de Cultura Económica, y seguir así, rodeado de páginas, autores, tratados, cultura.
Su esparcimiento era leer y también en su vida personal y familiar se rodeó de libros. Así, a lo largo de los años, fue conformando una biblioteca personal en la que disfrutaba pasar horas leyendo y estudiando.
Más de veinte mil ejemplares conforman su biblioteca personal. Tratados de leyes, de historia de México, de historia universal, incunables de gran valor histórico. Todo un acervo cuya exploración describe a quién lo cultivó, lo cuidó, y definitivamente lo disfrutó.
La biblioteca de Miguel de la Madrid es un tesoro que su familia ha decidido compartir con el pueblo de México. Por ello ha sido dada en donación a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, para que en la Antigua Escuela de Jurisprudencia, en San Ildefonso, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, los jóvenes estudiantes, los abogados en formación, los futuros juristas de nuestro país, e investigadores estudien, conozcan, crezcan y se desarrollen como lo hizo Miguel de la Madrid, rodeado por esos libros, que ahora, se encuentran al alcance de todos.
Un legado del presidente Miguel de la Madrid a las futuras generaciones.